La preparación próxima al matrimonio tiende a concentrarse en las
invitaciones, la vestimenta, la fiesta y los innumerables detalles
que consumen tanto el presupuesto como las energías y la alegría.
Los novios llegan agobiados y agotados al casamiento, en lugar de
dedicar las mejores fuerzas a prepararse como pareja para el gran
paso que van a dar juntos.
Esta mentalidad se refleja también en
algunas uniones de hecho que nunca llegan al casamiento porque
piensan en festejos demasiado costosos, en lugar de dar
prioridad al amor mutuo y a su formalización ante los demás.
Queridos novios: « Tened la valentía de ser diferentes, no os
dejéis devorar por la sociedad del consumo y de la apariencia. Lo
que importa es el amor que os une, fortalecido y santificado por la
gracia. Vosotros sois capaces de optar por un festejo austero y
sencillo, para colocar el amor por encima de todo ». Los agentes de
pastoral y la comunidad entera pueden ayudar a
esta prioridad se convierta en lo normal y no en la excepción. En la
preparación más inmediata es importante iluminar a los novios para
vivir con mucha hondura la celebración litúrgica, ayudándoles a
percibir y vivir el sentido de cada gesto. Recordemos que un
compromiso tan grande como el que expresa el consentimiento
matrimonial, y la unión de los Comparto esta Parte que Habla sobre
la Preparación de la Celebración del Matrimonio
La preparación próxima al matrimonio tiende a concentrarse en las invitaciones, la vestimenta, la fiesta y los innumerables detalles que consumen tanto el presupuesto como las energías y la alegría. Los novios llegan agobiados y agotados al casamiento, en lugar de dedicar las mejores fuerzas a prepararse como pareja para el gran paso que van a dar juntos.
Esta mentalidad se refleja también en algunas uniones de hecho que nunca llegan al casamiento porque piensan en festejos demasiado costosos, en lugar de dar
prioridad al amor mutuo y a su formalización ante los demás.
Queridos novios: « Tened la valentía de ser diferentes, no os dejéis devorar por la sociedad del consumo y de la apariencia. Lo que importa es el amor que os une, fortalecido y santificado por la gracia. Vosotros sois capaces de optar por un festejo austero y sencillo, para colocar el amor por encima de todo . Los agentes de pastoral y la comunidad entera pueden ayudar a
que esta prioridad se convierta en lo normal y no en la excepción. En la preparación más inmediata es importante iluminar a los novios para vivir con mucha hondura la celebración litúrgica, ayudándoles a percibir y vivir el sentido de cada gesto. Recordemos que un compromiso tan grande como el que expresa el consentimiento matrimonial, y la unión les Comparto esta Parte que Habla sobre la Preparación de la Celebración del Matrimonio
cuerpos que consuma el matrimonio, cuando se trata de dos bautizados, sólo pueden interpretarse como signos del amor del Hijo de Dios hecho carne y unido con su Iglesia en alianzuerpos que consuma el matrimonio, cuando se trata de dos bautizados, sólo pueden interpretarse como signos del amor del Hijo de Dios hecho carne y unido con su Iglesia en alianza de amor. En los bautizados, las palabras y
los gestos se convierten en un lenguaje elocuente de la fe. El cuerpo, con los significados que Dios ha querido infundirle al crearlo se convierte en el lenguaje de los ministros del sacramento, conscientes de que en el pacto conyugal se manifiesta y se realiza el misterio. A veces, los novios no perciben el peso teológico y espiritual del consentimiento, que ilumina el significado de todos los gestos posteriores.
Hace falta destacar que esas palabras no pueden ser reducidas al presente; implican una totalidad que incluye el futuro: « hasta que la muerte los separe ». El sentido del consentimiento
muestra que « libertad y fidelidad no se oponen, más bien se sostienen mutuamente, tanto en las relaciones interpersonales, como en las sociales. Efectivamente, pensemos en los daños que producen, en la civilización de la comunicación global, la inflación de promesas incumplidas . El honor de la palabra dada, la fidelidad a la promesa, no se pueden comprar ni vender. No se pueden imponer con la fuerza, pero tampoco custodiar sin sacrificio. Los obispos de Kenia advirtieron que, demasiado centrados en el día de la boda, los futuros esposos se olvidan de que están preparándose para un compromiso que dura toda la vida. Hay que ayudar a advertir que el sacramento no es sólo un momento que luego pasa a formar parte del pasado y de los recuerdos, porque
ejerce su influencia sobre toda la vida matrimonial, de manera permanente. El significado pro creativo de la sexualidad, el lenguaje del cuerpo, y los gestos de amor vividos en la historia de un matrimonio, se convierten en una « ininterrumpida continuidad del lenguaje litúrgico y la vida conyugal viene a ser, en algún sentido,
liturgia. También se puede meditar con las lecturas bíblicas y enriquecer la comprensión de los anillos que se intercambian, o de otros signos que formen parte del rito. Pero no sería bueno que se llegue al casamiento sin haber orado juntos, el uno por el otro, pidiendo ayuda a Dios para ser fieles y generosos, preguntándole juntos a Dios qué es lo que él espera de ellos, e incluso consagrando su amor ante una imagen de María. Quienes los acompañen en la preparación del matrimonio deberían orientarlos para que sepan vivir esos momentos de oración que pueden hacerles mucho bien. La liturgia nupcial es un evento único, que se vive en el contexto familiar y social de una fiesta. Jesús inició sus milagros en el banquete de bodas de Caná: el vino bueno del milagro del Señor, que anima el nacimiento de una nueva familia, es el vino nuevo de la Alianza
de Cristo con los hombres y mujeres de todos los tiempos .
Generalmente, el celebrante tiene la oportunidad de dirigirse a una asamblea compuesta de personas que participan poco en la vida eclesial o que pertenecen a otra confesión cristiana o comunidad religiosa. Por lo tanto, se trata de una ocasión imperdible para anunciar el
Evangelio de Cristo.
compartido por el hermano Daniel Torres